Introducción
El tema de la consciencia es uno de los abordados
con mayor frecuencia dentro de la filosofía, la psicología, la psiquiatría y
las neurociencias por estar relacionado
con lo que se entiende por mente,
pareciera que al comprender la consciencia nos acercaríamos a comprender la
realidad del hombre.
La manera de aproximarse a este concepto se
relaciona con la posición filosófica, estas teorías pueden comprenderse dentro
de dos grandes grupos, ya sean sus extremos dualistas o materialistas. Estas
perspectivas formulan la relación entre mente y cerebro lo cual es la cuestión
fundamental para el planteamiento y estudio de la consciencia.
Como consecuencia del dualismo se han generado
diversas orientaciones filosóficas que tratan de explicar por separado las realidades del pensamiento,
entendida como consciencia y los mecanismos neurobiológicos que la sostienen. En este ensayo se pretende
exponer y sustentarse las bases sobre la explicación de la consciencia con una
perspectiva materialista, en la cual el dualismo cartesiano quede rechazado,
considerando a la mente como resultado de los procesos cerebrales y de esta
manera se unifique mente y cuerpo como
una sola entidad. Además se busca relacionar bases de la consciencia como la
experiencia interna.
Bajo el principio de
que ahora el ser humano es concebido como un procesador de información
consciente y la tarea yace en pregunta la experiencia de la conciencia en
función de la actividad neuronal. Ahora que la neurociencia ha demostrado que
el cerebro posee la complejidad y el poder de procesar la información el punto
central para la comprensión de la conciencia consiste en descubrir las bases
estructurales y funcionales del cerebro, pues este órgano es entendido como la
sustancia pensante del cual surgen las funciones mentales.
Desarrollo
Posiblemente
no haya otro tema en la historia de la filosofía y de la ciencia con un
registro histórico tan fascinante como el de la conciencia (Guzeldere, 1995)
como hace referencia este filosofo la conciencia ha sido considerada como la
característica esencial y distintiva de la vida mental y ha sido estudiada
desde siglos atrás.
Dado esto la conciencia ha sido estudiada desde diversas
aproximaciones filosóficas y psicológicas y ahora, con el estudio a partir del
enfoque neurocientifico se han desarrollado diferentes teorías que sustenten
las bases de la correlación conciencia y cerebro.
A partir
de los siglos XVIII y XIX se desarrolló
un pensamiento filosófico que sentaría las bases para el surgimiento de la
psicología como ciencia de la conciencia. En esta etapa se
intentaron resolver una serie de preguntas y planteamientos sobre
asuntos que se convertirían en objeto de estudio de la psicología como la
sensación y la percepción, el pensamiento, la memoria, y por supuesto, la conciencia.
Tanto las
teorías que mantenían un dualismo
cartesiano y las que distinguen entre los estados consientes individuales como
pensamientos, emociones, sentimientos, percepciones y un estado general entendido como conciencia
se encontraban confundidas y podían ser rebatidas.
La objeción
que se le puede hacer al dualismo que no ha podido superar es el planteamiento
de que si bien, la mente y cuerpo son en esencia distintas no habría modo de
que interactuaran. Esta interacción no puede ser explicada por la ciencia
puesto que está claro que lo material no puede interactuar con lo inmaterial y
al desconocer las propiedades de lo inmaterial no puede explicarse tal interacción
y tal como razona el filósofo Daniel Dennet “si la sustancia mental entra en
contacto con lo físico es porque es físico a su vez”. A la vez Brown hace una crítica sobre el hecho de que no debe
confundirse la consciencia en abstracto con casos específicos de ella, frente a
esto se hace una crítica a Thomas Reid, quien hacia una distinción entre la
conciencia por un lado y los objetos de la conciencia por otro debido a que
entendía a la conciencia como un poder
intelectual y a cualquier proceso mental
como objeto de la conciencia en virtud
del “poder”. Para eliminar esta confusión, Brown establece su propia postura: “La
conciencia no es un poder distinto de la mente o un nombre para una clase distinta
de sensaciones, sino que es solamente un término general para todas nuestras
sensaciones, de cuales quiera especies sean éstas —sensaciones, pensamientos,
deseos; en breve, todos aquellos estados o afecciones de la mente, en los
cuales consiste el fenómeno de la mente”. De este modo la consciencia puede
usarse como termino genérico que abarca maneras específicas de ser consciente
pero de ninguna manera se valida una forma adicional de ser consciente observador
que se suma a los estados de consciencia. Con esta teoría queda argumentada una
posición que se desarrollaría en la que los procesos mentales son indicadores
de la conciencia y son estos los que la conforman.
Con bases
en la tesis hegeliana sobre la concepción de un “sistema de sentir interno” que hace
referencia a los sistemas senso-percetivos, el estudio de la conciencia comenzó
a dirigirse por la rama experimental y fisiológica como lo presenta Wundt (1874):
“La psicología fisiológica es, primero que nada psicología” y la meta de esta
ciencia seria estudiar los procesos conscientes que se daban en la experiencia.
Wundt tenía el claro propósito de estudiar la fisiología
de los procesos mentales y la teoría propuesta
por el mismo, fue el primer intento por vincular la conciencia a sus estratos
neurobiológicos. Debido a la precariedad tecnológica para que el estudio de la
fisiología experimental se llevara a cabo, el método científico se orillando
hacia la introspección pues por el momento el estudio de los procesos mentales
superiores no era posible por el medio experimental.
Aun con
esto, la aproximación a teorías modernas de las neurociencias que sostienen la
implicación de simultaneidad y sucesión de diferentes componentes y procesos, no
solo psicológicos sino corticales fue expuesta al entablar la concepción de que “Cada compuesto psíquico
está formado por un número de elementos psíquicos que usualmente no comienzan y
terminan todos al mismo tiempo. Como resultado, la interconexión que une a los
elementos en un todo único, siempre está más allá del alcance de los compuestos
individuales, de tal forma que los diferentes compuestos simultáneos y sucesivos
están unificados. A esta interconexión de compuestos psíquicos se le llamo
conciencia. (Wundt)
Estas
concepciones vuelven a surgir ahora con evidencia experimental entendían la
conciencia como la experiencia del procesamiento de información que con
estudios científicos se ha develado la sincronicidad y simultaneidad de estos
procesos.
El
conocimiento de los hechos neuropsicológicos se estaba desarrollando. Los
descubrimientos que vinculaban funciones psíquicas con la corteza cerebral y podían explicar de este modo las funciones sensoriales y
motoras así como su relación los lóbulos cerebrales. Una comprobación para esta teoría era que
cuando se presentaba un daño cerebral surgen cambios notorios en la
personalidad, fue por esto que se entendió a los lóbulos como los encargados
de procesos relacionados con las
funciones ejecutivas superiores.
Con el avance de teorizaciones sobre la conciencia
y con los aportes de autores que
defendían la importancia su estudio para la psicología se buscó el avance
científico que fundamentara las bases neurobiológicas de los procesos
cognitivos y la conciencia, para esto se desarrolló una psicología que
explicara científicamente y con dirección materialista el origen y formación de
las funciones psíquicas pues tal como sostenía Vigotsky (1979) “el estudio de
la conciencia era algo inseparable de la psicología humana”
Entre los
hallazgos científicos que fueron importantes para la investigación
de la conciencia se encuentra:
La
investigación del sistema reticular activador por Moruzzi y Magoun (1949), con
el principio de la actividad cortical, Luria (1984) postula tres unidades
funcionales para la determinación de la conciencia.
Primera
Unidad Funcional (para la producción, regulación
y mantenimiento de la activación de la corteza cerebral)
Se buscó entender la organización
anátomo funcional de los procesos
psíquicos en el substrato material del encéfalo. Para esto se tomó como principio un estado óptimo de activación
cortical lo cual es esencial para la actividad nerviosa de manera que esta permita la experiencia y por ende la
consciencia. Con el estudio del Sistema Activador Reticular se avanzó en el
entendimiento de los estados de consciente y sus alteraciones según el grado de
activación presente ya sea durante la vigilia o el sueño.
Segunda
Unidad Funcional (para recibir, analizar y
almacenar información)
Ya entendido el hecho de que, para
que se dé la consciencia debe existir una activación de la corte cerebral, el
siguiente paso es entender el procesamiento de la información. La función de análisis,
síntesis o codificación y almacenamiento de la información se da en la corteza
cerebral una vez activada.
Tercera unidad funcional (para la programación control y verificación de las funciones mentales)
Ya
recibida y procesada la información viene la respuesta, esta función se
localiza en el lóbulo frontal donde se realizan la información pasa por tres
etapas: la primaria o de proyección, la secundaria o de asociación y la
terciaria de integración
Con estas
postulaciones resulta evidente que los
mecanismos neurales que sustentan la experiencia consciente son en un grado
independientes pero están fuertemente interrelacionados, de modo que todos los
procesos neurales se integran para dar paso a la consciencia, con esta base se trató
de identificar el lugar donde se da tal integración, sí es que existe pues tal
como dice Rosenblueth(1971) “Cada evento mental específico está correlacionado
con un diseño espacio-temporal específico de actividad neuronal.
Una de
las teorías con más relevancia sobre la consciencia, que sostiene el proceso de
integración es la “Hipótesis del núcleo dinámico” (Edelman, 2003) en la cual la
consciencia es un proceso de interacción entre regiones neuronales que se
integran creando un complejo proceso neuronal que consiste en la organización dinámica
de todo el sistema generando así la sensación consciente. Además en esta teoría
se asume que la actividad consciente depende de la activación cortical de
diferentes zonas donde que se dan de manera simultánea, donde se sincronizan en
un todo para que se pueda tener la experiencia de la consciencia. A la vez el fenómeno
de simultaneidad que también es sostenido, es una evidencia en contra de la
existencia de un lugar central pues los procesos mentales consciente involucran la actividad de diferentes zonas
cerebrales de modo que esto plantea problemas diversos como el determinar el
orden en que se procesan los estímulos para generar la experiencia.
Una teoría
que parece explicar estos procesos es la de Modelo de las Versiones Múltiples (Daniel
Dennet, 1991) en esta teoría se abarca el concepto de simultaneidad y se
indican los procesos de interpretación y elaboración de estímulos y estos son
sometidos a un continuo proceso de compilación. De este modo se entiende la consciencia
como el proceso de información con sus respectivos correlatos anatómicos.
Conclusión
Rechazada
la postura dualista al sostener que la conciencia es la experiencia, producto
de la recepción, interpretación, procesamiento y respuesta de información proveniente
de estímulos, donde todo esto ocurre de manera simultánea e integrativa tanto
en las bases neurológicas como corporales, el estudio de la conciencia se
dedica al estudio de todos los procesos cognitivos incluidos la
senso-percepcion, la atención, la memoria, el lenguaje, las emociones, entre muchas
otras funciones mentales inferiores como
superiores como razonamiento, .
Ahora la el
estudio de la conciencia se hace en bases a la visualización de la actividad
cerebral de manera detallada gracias a los avances tecnológicos que permiten estudios
como neuroimagen, resonancia magnética, tomografía computarizada, electroencefalografías
entre otros. Al conocer las bases fisiológicas la tarea es tratar de
correlacionar cada proceso funcional, interpretando el modo en que estos se
sincronizan para dar paso a la experiencia consciente.